¿Cuándo es conveniente retirar el chupete?
La mayoría de odontopediatras recomiendan quitar el chupete alrededor del año, para que no interfiera en el desarrollo mandibular y de erupción de los dientes.
Hay que tener en cuenta que la retirada debe ser gradual y poco a poco, y así, ir disminuyendo el tiempo que pase con el chupete.
¿Qué inconvenientes tiene usarlo?
A continuación se presentan las sintomatologías más frecuentes causadas por el chupete:
- Los dientes superiores se adelantan y los inferiores se atrasan, el daño que ocasione el chupete dependerá del uso y duración del mismo. Esta malformación puede requerir de un tratamiento de ortodoncia en el futuro.
- Altera la coordinación de labios, lengua, dientes, paladar y mandíbula y de la misma forma el habla se verá afectado.
- Suele darse una característica mordida abierta que impide la pronunciación correcta del fonema s.
- Si el niñ@ empieza a hablar con el chupete en la boca, no hablará tan deprisa, además babeará y condicionará una mal posición de la lengua.
- Al tener la boca abierta, suele propiciar una respiración oral. Lo que hace que se interiorice un patrón fonorespiratorio incorrecto, de ésta forma, la función nasal de purificar, humedecer y filtrar el aire no se podrá realizar satisfactoriamente y estará expuesto a más microbios.
Orientaciones para quitar el hábito del chupete
Las orientaciones que os proponemos para que todo esto no ocurra por causa del chupete y/o biberón son las siguientes:
- Aunque el chupete es un medio relativamente rápido de calmar a un bebé, también hay que intentar que no sea el único recurso. No dárselo nada más que se ponga a llorar, intentar calmarle en brazos, meciéndole, cantándole una canción, etc…
- 2. Usarlo en periodos cortos de tiempo. Cuando los niños están despiertos y tranquilos no lo necesitan. Por otro lado el uso del chupete está relacionado con la menor producción de vocalizaciones y balbuceo.
- Empezar a ofrecerle líquidos en vaso a partir de los 6 meses, cuando empieza la alimentación complementaria.
- Reducir el uso a partir de los 8 meses.
- Retirar definitivamente tanto chupetes como biberones a partir de los 12 meses, y como muy tarde, antes de cumplir los 2 años.
Ideas
Los niños se mueven por experiencias. De nada sirve que le expliquemos a nuestro hijo que una vez retirado el chupete no lo va a volver a ver más porque ni siquiera él sabrá la avalancha de emociones y sentimientos que tendrá cuando compruebe por él mismo que no se lo das: rabia, enfado, frustración.
Así que tendremos que mostrarle de forma muy visual que una vez le digamos adiós al chupete, este no volverá.
- Inicialmente ve preparándole. Retira tetinas de los biberones y comienza a utilizar pajita, les divierte mucho. Sí, ya sé que “enchufarles” el bibe por la mañana es comodísimo porque en 15 segundos se ha bebido 300 ml de leche sin despeinarse (ni él, ni nosotros que estamos acelerados porque llegamos tarde al trabajo). Pero inténtalo, al menos alguno de ellos.
- En el caso de los más pequeños deteriorar el chupete de manera que no se consiga hacer la buena succión es un “truco” que funciona muy bien. Teniendo sólo un chupete en casa para que no tenga alternativa posible, se puede perforar la tetina así al succionar ésta se colapsa y no se consigue la succión placentera para el niño.
- Hacerle ver que es mayor, los niños mayores no usan chupete, ni duermen en cuna. Los niños mayores duermen en cama y “hacen cosas de mayores”.
En este punto, a cada niño le funciona un método y reacciona de diferente forma por lo que lo ideal es hacerlo con tacto, paciencia y refuerzo positivo. Tenemos que acompañar y ayudar a nuestro pequeño en su desarrollo.