Mordedores
Son, gracias a la presión que se ejerce sobre las encías al morderlos, el principal alivio a la dentición o erupción dental. Calman más aún cuando están fríos, por lo que es recomendable introducirlos un tiempo en la nevera antes de dárselos al bebé. Ponerlos en el congelador puede ser contraproducente, ya que el frío tan intenso los endurecería demasiado, y con su uso provocarían el mismo efecto en las encías del bebé. Si el mordedor está relleno de algún líquido, hay que asegurarse de que sólo es agua; otra sustancia podría ser perjudicial.