Os contamos algunas cositas curiosas sobre los bebés recién nacidos que quizás no sabías:
1- Cuando nacen, los bebés lloran sin lágrimas. Esto es debido a que aún tienen cerrados los conductos lagrimales.Lo habitual es que empiecen a segregar lágrimas a partir de la semana número tres de vida, aunque depende de cada caso. Tampoco sudan por el mismo motivo: las glándulas sudoríparas no están desarrolladas todavía.
2. Nada más nacen, son capaces de reconocer la voz de su madre únicamente. Según los expertos, en torno a los 15 días empiezan a reconocer también la voz de los papás o de otros familiares cercanos.
3. ¡El corazón de un recién nacido late suuuper rápido! (entre 120-160 pulsaciones por minuto), más del doble de las pulsaciones de un adulto. Esto es porque su corazón todavía es inmaduro, sus células son pequeñas y no oxigenan de forma distinta a cuando son adultos. No tiene por qué indicar ningún problema cardíaco; durante los 3 primeros años de vida, se irá regulando.
4. Si eres madre primeriza, te puede llamar la atención la pelusilla que cubre su espalda, orejas u hombros. Esto son restos de lanugo, una capa de vello como aterciopelado. Cuando es un feto, la piel del bebé es muy fina y todavía hay ausencia de grasa subcutánea, por lo que el lanugo actúa de capa protectora. Va desapareciendo a lo largo de las semanas.
5. Desde el minuto 1 que nacen, es el olfato su sentido más desarrollado (esto también ayuda a reconocer sobretodo a la mami). Probablemente, el pediatra o matrona, os habrá recomendado que no cambiéis de perfume en estos primeros meses, porque podría desorientar al bebé y provocarle incertidumbre. Se trata de una cuestión evolutiva, el olfato y el oído son de los sentidos más antiguos.
6. Los bebés nacen sin rótulas (no es así literalmente, sino que están osificadas), éstas se desarrollan entre los seis meses y el año de vida.
7. Estornuda constantemente, y no necesariamente por resfriado. El estornudo en el recién nacido es un movimiento reflejo que le ayuda a eliminar cualquier partícula del ambiente que ingrese al cuerpo puesto que sus vias respiratorias son todavía inmaduras.
¡El cuerpo humano es alucinante!